La antorcha

 En la turbada tarde, perecían sus ambiciones. La lluvia prometía un nuevo comienzo, pero se había acabado en tan solo cinco minutos. 

Ni se podría decir que había luz al final del túnel, nada que lo llevase al cielo o al infierno, a la vida o la muerte. Como en esa película, donde la protagonista muere, pero su alma sigue estando en la tierra, en un punto medio. Vagando, hasta poder irse en paz. 

Esa es la mejor explicación para los síntomas que atravesaba.

Así, en el medio de algo, que no está bien, porque no es cien por ciento real. 

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